A menudo se me consulta por sensaciones dentro del pecho difíciles de describir; en ocasiones me cuentan sensaciones como un “vuelco al corazón”, un “nudo” en la boca del estómago o incluso sentir un “nudo” en la garganta. Pudiera ser también que estas sensaciones se acompañen de la ausencia de algún latido, lo que se nota al cogerse el pulso y notarlo arrítmico –desacompasado-, o al colocarse un tensiómetro o un pulsioxímetro y éstos reflejar una frecuencia cardiaca baja (menor de 50 o 60 latidos por minuto -según el libro que se consulte- se llama bradicardia, que significa que el corazón va a un ritmo lento).
Pues os presento a los Extrasístoles, que son latidos prematuros, adelantados a la cadencia normal que marca el nódulo sinusal, que como comento en otro artículo es el marcapasos fisiológico del corazón. En los siguientes registros os muestro un ritmo cardiaco rítmico y estable, en taquicardia ya que va por encima de los 90 o 100 latidos por minutos –según el libro que se consulte-, y en el segundo muestro un ritmo lento y arrítmico, con pausas, en que la espiga que precede a la pausa es una extrasístole (marcado como “V”).
El origen puede ser cualquier célula del corazón. Todas las células del corazón son excitables ante cualquier estímulo de suficiente intensidad, y los estímulos son múltiples: estimulantes en la sangre derivados del estrés, cafeína, nicotina, etc; mismamente, una célula miocárdica viva rodeada por tejido infartado (necrótico o muerto) puede ser el origen de una corriente eléctrica causante del extrasístole.
La existencia de extrasístoles en principio no es perjudicial para el funcionamiento del corazón. Si acaso, conviene diagnosticarlos y saber si son frecuentes o no; la forma en que los diagnostica CardioDoc es con un Electrocardiograma, o en su defecto con el registro Holter de eventos ECG de 24 horas, que además sirve para saber si hay una alta densidad de extrasistolia a lo largo del día y así valorar si se precisa tratamiento, ya que una alta densidad de extrasístoles puede deteriorar la función cardiaca.
